En la antigua mitología celta, y después en el folclore gallego, los cuervos estaban asociados con la muerte y se pensaba que cuando volaban continuamente alrededor de una casa donde hubiese algún enfermo era señal de que moriría en breve, como recuerdan los versos tradicionales:
"Corvo agoireiro Vaite lixeiro, Que nesta porta Non hai carne morta"
La reputación esotérica del cuervo hace que apareza frecuentemente como animal de compañía de las brujas, muchas veces participando en sus rituales.
La sobriedad y rudeza de estos animales inspiró a Bardo gallego Eduardo Pondal, que en sus poemas Queixumes dos Pinos dedicó una composición a los "Feros Corvos de Xallas":
Feros corvos de Xallas Que vagantes andás, En salvaxe compaña, Sen hoxe nin mañán; Que poidera ser voso compañeiro Pola gándara longa!